Caltengo zona habitacional de la época prehispánica
Por Marco Antonio Mendoza Bustamante
El valle de Tulancingo representaba un lugar estratégico que, además de todos sus recursos naturales, era el paso entre la Cuenca de México, el Golfo y la Huasteca, lo que permitió el establecimiento de culturas como la tolteca, la teotihuacana y la azteca.
De igual manera era un lugar ideal para la edificación de diversos templos, como la casa de vigas verdes de Ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl y la pirámide circular dedicado a Ehecatl.
En el tomo uno de La Historia General de las Cosas de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún relata:
“…aquella famosa ciudad que se llamó Tulla, hay ya mil años o muy cerca de ellos, que fue destruida, y antes que se edificase, los que la edificaron destruyeron muchos poblados como Tullantzinco, donde dejaron muchos edificios muy notables…”
Pero pocos se han detenido a pensar donde habitaba la población de aquella civilización antigua, que floreció en nuestro valle y la respuesta la podemos encontrar en Caltengo.
Hacia 1958, las exploraciones realizadas por Florencia Müller y César Lizardi, significaron un importante avance en las investigaciones en la zona arqueológica de Huapalcalco y en la ubicación los centros habitacionales.
Una serie de construcciones de estilo teotihuacano fueron localizadas al sureste de la zona arqueológica de Huapalcalco, halladas en un predio propiedad del señor Jesús de Ita.
En el lugar se observaba edificios que habían sufrido modificaciones al paso de diversas temporalidades, y que sus paredes habías sido utilizadas como machero por los dueños del lugar.
Así mismo era posible observar el vestíbulo y la puerta de un templo que parecía elevarse por encima de un edificio más antiguo y en el medio los restos de lo que parecían ser pilares rectangulares, pero que también sus paredes fueron utilizadas como corral.
De igual manera en el lugar fue encontrado un yugo de jade, por el mismo señor de Ita, dicho objeto tiene labrada la cara de una rana y se su boca emergía el rostro de un hombre.
Caltengo se distingue por estar muy cerca del río Tulancingo, así mismo de lo que queda del inmenso lago que vestía el paisaje del valle y del que solo quedan algunos espejos de agua como la Laguna de Zupitlán, el lago de los Sabinos, la presa de Metepec y la Presa de los Álamos.