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Padecimientos prehispánicos

Por Lorenia Lira

Hace unos días tuve el gusto de dar una plática sobre hablar en español y seguir pensando en náhuatl. Entre las reminiscencias de este pensamiento encontramos la forma en que concebimos a algunos padecimientos de los mexicanos, hay algunos graves y a veces difíciles de curar por que afectan al ser humano, el alma o el espíritu, fuente de vida.

El susto es una variante del fenómeno conocido en diversas partes del mundo como pérdida del alma, sin embargo en México y Latinoamérica (en el medio popular) adopta un carácter muy particular pues es considerado una enfermedad. El “espanto” o “susto” puede definirse como un “impacto psicológico” de intensidad variada que se padece a consecuencia de factores diversos entre los que se encuentran los de índole sobrenatural, fenómenos naturales y circunscritos en experiencias personales que emergen como eventualidades fortuitas del todo inesperadas

El aire es consecuencia o encuentro con un difunto en el camino y de energías que se concentran en lugares inhabitados, aislados: suelen quedarse con la parte de la persona conocida como el espíritu en donde al momento del susto se desprende y abandona el cuerpo, encontrándose en el lugar en donde esta se asustó, lo cual provoca falta de apetito, exceso de sueño.

El mal de ojo causado por una energía dañina de un hombre o mujer con la vista pesada o fuerte, perjudicando a los que son considerados débiles como los niños a quien a veces le da diarrea y vómito.

El daño por brujería se adjudica de alguien que perjudica a otro sirviéndose de hombres o mujeres brujos o hechiceros solicitando sus servicios para hacer el mal a otra persona por envidia, rencor o enojo. Estos nacieron con el don o que obtuvieron su poder  por hacer pacto con el demonio. Este daño se puede presentar de varias formas o podría considerarse como enfermedad, desde un accidente mortal o por la presencia de algo extraño en el cuerpo de la persona a quien le hicieron el mal, pasando desde la mala suerte, imposibilidad de ganar dinero, o tener un buen trabajo, mala racha.

El susto, el mal de ojo, el aire, la brujería influyen negativamente en la energía de la persona, por medio de afecciones que se manifiestan físicamente, mentalmente y emocionalmente a través de síntomas como el insomnio, exceso de sueño, cansancio, desgano y en los niños o bebes diarrea y vómito, que poco a poco dañan la vitalidad del enfermo.

Mientras que en las lenguas indígenas a los curanderos son conocidos como yâ badì, yâ ‘yote. Términos que aluden a su capacidad de ver, curar y saber. La mayoría se dedican a sanar por tener el don de curar.