Florencia Müller una de las primeras arqueólogas en estudiar la zona de Tulancingo
Una de las primeras arqueólogas en venir a estudiar la zona de Tulancingo fue Florencia Müller, algunas personas en nuestra ciudad la consideran extranjera, pero no es así. Florencia Müller era mexicana pero adoptó el apellido de su esposo, que era alemán y con el que sólo estuvo casada un año, pues él murió. Además fue de las primeras mujeres en recibir su titulo como arqueóloga en nuestro país.
Junto con César Lizardi vino a esta zona y publicó varios libros sobre la arqueología de nuestro valle, entre ellos The Preclassic Ceramic Secuence of Huapalcalco;Tres objetos de piedra de Huapalcalco, Hgo.; Exploraciones arqueológicas en Huapalcalco;Costumbres funerarias del Valle de Tulancingo; Nuevos datos para la prehistoria de Hidalgo; La pirámide VI de Huapalcalco, Hgo., Congreso de Americanistas XXXIIIII.
Emilia Florencia Jacobs Baquero, nació en la ciudad de México el 28 de Febrero de 1903 y en memoria de su esposo Bruno Curt Johannes Muller, quien falleció un año después de haberse casado en 1930, Florencia tomó su apellido.
Desde muy joven tomó clases de Antropología Física en el Museo Nacional y en Estados Unidos, cuando regresó del país vecino se inscribió a la Escuela Nacional de Antropología e Historia que en aquella época apenas se estaba formando.
Durante 4 décadas se consagró a la investigación arqueológica, realizando trabajos de estructuras arquitectónicas, excavación y recorridos de exploración, así como el estudio de materiales como lítica, concha y hueso. En sus estudios sobre la cerámica elaboró tipologías y secuencias para el Altiplano Central, Cholula, Puebla, Teotihuacán y la cuenca del Río Lerma, entre otros.
Como parte de la obra de Florencia Muller, podemos citar la creación la Ceramoteca del INAH en 1954, con las vasijas de las exploraciones en que ella misma participaba.
Florencia estudió la “Cueva calcinada de Huapalcalco” y a través de ésta consiguió los primeros descubrimientos de prehistoria y protohistoria de Tulancingo, Hidalgo.
En Tulancingo, en una de sus investigaciones, se quedó sin presupuesto y ella misma contaba cómo logró involucrar a la gente de la ciudad mediante rifas y subastas para lograr reunir recursos para terminar dicha excavación. Aquí, en Tulancingo mucha gente la recuerda aún, gracias a su amabilidad y entrega a su trabajo.