7 cosas que seguramente no sabías sobre Tulancingo.
1.- El nombre de la ciudad no significa detrás del Tule.
El glifo de Tulancingo es representado por un hombre que pareciera estar escondido atrás de un tular, de ahí que se ha adoptado como significado “Detrás del Tule”.
Sin embargo la voz Tollantzinco encuentra sus raíces en la lengua náhuatl: tollan de tollin o tullin que significa “tule”; tlan que quiere decir “en” o “lugar”; tzin que es acepción de “pequeño”, aunque bien pudiera tratarse de la voz tzintli, vocablo que deriva a su vez de tzin, que es la raíz de donde derivan las palabras del náhuatl que se refieren a la base u origen de las cosas, a su asiento o fundamentación. Por otra parte, tzin también tiene una función reverencial en diminutivo; además de la partícula co que significa “lugar donde se encuentra” o “lugar de”, todo lo cual se traduce como “pequeño Tollan” o “La Ciudad venerada”.
2.- Es uno de los asentamientos humanos más antiguos de México.
En Huapalcalco se han localizado vestigios con más de 14 mil años de antigüedad. De igual manera, en las inmediaciones de los cerros del Huiztle y la meseta de Huapalcalco, fueron halladas pinturas rupestres que transmiten el testimonio de los grupos primitivos que ahí habitaron, en representaciones de seres humanos, trazos esquemáticos y figuras astronómicas que datan aproximadamente del año 7000 a.C.
3.- Quetzalcóatl vivió en Tulancingo.
Al cumplir veintiocho años Ce Acatl Topiltzin marchó de Cuextlán hasta un fértil y benevolente valle al que llamó Tollantzinco. Las crónicas Toltecas señalan que Quetzalcóatl se estableció en Tollantzinco durante cuatro años y ahí edificó su huapalcalli, previo a partir a lo que hoy es Tula y que fuera la capital de los Toltecas.
4.- En Tulancingo se encuentra una de las construcciones religiosas más antiguas de América.
Cuando llegaron los frailes a la Nueva España con la misión de evangelizar a los nativos, se establecieron en Texcoco, desde donde se trasladaron hacia otras poblaciones para emprender su labor evangelizadora. Tepeapulco y Tulancingo fueron de los primeros sitios que recibirían a los franciscanos por tratarse, tal como Fray Toribio de Benavente detalló en sus crónicas, de lugares altamente poblados.
Tulancingo le fue asignado a Fray Juan de Padilla, quien llegó en 1526 a establecer una ermita en el antiguo barrio de Zapotlán, la cual fue consagrada en honor al Señor de la Expiración.
5.- El primer poeta novohispano era de Tulancingo.
La primera novela de Miguel de Cervantes Saavedra se titula “La Galatea”, en ella destaca el poema “Canto a Caliope” en el que elogia a los poetas más destacados de su época, dentro de los que los que figura Francisco de Terrazas Martínez.
Francisco de Terrazas era hijo del conquistador español del mismo nombre, que fungiera como Mayordomo Mayor de Hernán Cortés y alcalde de la Ciudad de México, a quien Cortés le otorgaría, junto con Francisco de Ávila, la encomienda de Tulancingo.
Se cree que Francisco, el poeta, vio la luz primera en 1525. De ser así, Terrazas no habría nacido en Tulancingo toda vez que fue en 1526 cuando le fue entregada a su padre la encomienda del lugar. No obstante se encuentra documentada su vida en Tulancingo cuando menos hasta 1571, máxime que en 1548 habría heredado la encomienda de su padre, a la muerte de este, lo que basta para considerarlo como tal.
6.- Tulancingo pudo ser la capital del estado.
Previo a erigir el estado, Tulancingo era una opción natural para ser la capital, sin embargo cinco años antes de la erección del estado, llegó a Tulancingo su primer obispo, Juan Bautista Ormachea y Ernáiz quien fungió como integrante de la Junta de Regentes que desconoció a Juárez y gobernó el país hasta antes de la llegada de Maximiliano de Habsburgo. Por tal motivo, el Presidente Juárez no permitió que la capital fuera el lugar donde se encontraba el poder eclesiástico y un fuerte opositor como lo era Ormachea.
7.- El nombre de la capital del estado hace referencia a un Tulancinguense.
Manuel Fernando Soto fue un liberal, nacido en Tulancingo un 5 de junio de 1825, fue el principal promotor de la erección del estado de Hidalgo, que una vez erigido tuvo como gobernador interino al tamaulipeco Juan Crisóstomo Doria. Una vez convocadas las elecciones, Manuel Fernando Soto se postuló como candidato a gobernador del nuevo estado, sin embargo perdió, razón por la que decidió no volver a Hidalgo, hasta su muerte el 17 de agosto de 1896.
Por Marco Antonio Mendoza Bustamante
@mebuma1