El Mercader, obra de teatro en nahuatl, escrita en Tulancingo en el año de 1687.
A la llegada de los españoles, la orden franciscana jugó un papel importante para la evangelización de los nativos, y una de las estrategias mayormente usada, fue la representación de obras de Teatro, donde la temática principal era la de inculcar el temor al personaje del demonio.
Un ejemplo de esta estrategia de evangelización es la obra titulada, In Pochtecatl o El Mercader, cuyo manuscrito, junto a otro más titulado “El juicio Final y la educación de los hijos”, se encuentra en la Biblioteca del Parlamento de Washington, en la sección de manuscritos.
En la primera hoja de dicho manuscrito, explica su procedencia y su autor original; a continuación, se comparte textualmente y su traducción:
Neyxcuitilli yn techpatantohua yn pochtecat. Aun axca niquicuiohua nehuatl notlatqui notoca d Joseph Gaspas y nica Nocha S Juan Bapta Tolatzinco. Auh nitlatia yn (ilegible), y xihuitl. Axcan sábado a 15 de noviembre de 1687 años.
Drama ejemplar en el cual habla del mercader. Y lo escribo yo, es mi propiedad; me llamo don José Gaspar aquí en mi orada de San Juan Bautista Tollantzinco. Lo compongo en el año, hoy sábado 15 de noviembre de 1687. En una parte del manuscrito explica que fue escrita a tres años de 1627, por lo que es presumible que la obra haya sido escrita en 1630.
El mercader pertenece esencialmente al teatro primitivo, por los siguientes motivos:
En su meta y desarrollo, es muy parecida a las comedias antiguas, como El Juicio Final. Se busca inculcar el miedo al demonio y al infierno, y toda la acción lleva al protagonista inexorablemente al juicio divino en medio de ángeles y demonios. En esta última escena, no aparecen Jesucristo, ni la Virgen María, ni San Miguel, como en otros manuscritos, lo que lo hace más peculiar.
En el mercader se utiliza un curioso sistema, donde hablan algunos personajes, angeles y demonios, sin que los protagonistas los escuchen, teniendo un toque surrealista.
Al principio aparece el faraute o nahuatlato, quien explica en tlatolpepechtli, el tema del drama, fungiendo como un narrador al inicio de la obra. El mercader menciona el jade, como una de sus riquezas, lo cual indica una época no muy lejana a la prehispánica.
Cuando el mercader pide al médico que lo cure, este último le ordena que primero se confiese. Una de las creencias más influyentes en el siglo XVI y que aparece en obras de fray Diego Durán.
Sin duda In Pochtecatl, es un documento esencial para la historia de Tulancingo, que bien valdría la pena rescatar, como un esfuerzo permanente de nuestra generación para dejar una extensa herencia histórica a los futuros habitantes de nuestra ciudad.