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Barra de opiniónLic. Alexia Lara

¿Nahuales en Tulancingo, leyenda y discriminación?

En el año de 1525 la ciudad de Tulancingo quedó bajo el dominio de los conquistadores españoles. A los pocos meses de estancia, tenían que cambiar las creencias de los nativos, y los misioneros jugaron un papel muy importante para la reorganización de la Nueva España. Lo primero que hicieron fue la construcción sobre lo que fueron barrios de la antigua Tullantzinco.

Crearon un cuadro enorme con calles, bien trazadas y direccionadas, la ciudad que construyeron los españoles fue a la semejanza europea con la que ellos estaban acostumbrados. Una plaza grande al centro, donde un lado estaba el gobierno y del otro extremo la iglesia. Las orillas de Tulancingo eran  los límites de lo que hoy es 21 de marzo, hasta Nicolás Bravo, girando por Luis M. Ponce, hasta llegar a Morelos para cerrar de nueva cuenta con lo que hoy es una de las avenidas más transitadas en nuestra ciudad.

La corona española nombro a nuestra ciudad como Pueblo de blancos, fue denominada así para proteger a su propia gente que ya habitaba en Tulancingo. ¿Con que razón? Muy sencillo, fue para que no tuvieran contacto la “raza pura” con los indígenas que aun habitaban en Tulancingo. Se preguntaran, y ¿esto para qué? Pues, lo hicieron con la finalidad de que no se diera el mestizaje.

Nuestros antepasados se vieron en la necesidad de buscar una mejor calidad de vida, y empezaron a trabajar en haciendas, ranchos y  casas de españoles. Pero tenían estrictamente prohibido dormir o pernoctar dentro de la ciudad todo por órdenes de la Corona.

Hicieron sus casas en las faldas del Cerro del Tezontle, que en ese entonces no formaban parte de la ciudad. Ya que salía de la línea limítrofe. La cultura prehispánica sobrevivió y la gente que vivía en el Cerro del Tezontle, seguía con sus prácticas religiosas. La medicina prehispánica era muchas veces más eficaz que la española y eso contribuía a que las sabias mujeres receptoras de la tradicional herbolaria, recibieran el nombre de brujas y en el caso de los hombres nahuales.

“Nahual, del náhuatl: nahualli, se traduce como ‘oculto, escondido, disfraz´, que dentro de las creencias mesoamericanas, es una especie de brujo o ser sobrenatural que tiene la capacidad de tomar forma animal. El término refiere tanto a la persona que tiene esa capacidad como al animal mismo que hace las veces de su alter ego o animal tutelar.” De acuerdo con algunas tradiciones, se dice que cada persona, al momento de nacer, tiene ya el espíritu de un animal, que se encarga de protegerlo y guiarlo. Estos espíritus usualmente se manifiestan sólo como una imagen que aconseja en sueños o con cierta afinidad al animal que tomó a la persona como su protegida.”

Esto lo hacía quizá como rebeldía para el tiempo que se vivía o simplemente como recuerdo, en esa zona los habitantes se jactaban de ser nahuales, tal vez para causar miedo. La gente que habitaba en el Centro no se atrevía a andar por esos lugares por miedo a encontrarse con un nahual, cosa que era muy fácil pues la creencia, decía que los nahuales eran perros o burros y esos animales abundaban en las calles del Cerro del Tezontle. Para dar aviso que podría existir un Nahual  la gente pintaba una cruz blanca de cal para marcar que probablemente  rondaban por esos lugares.