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Adultos mayores, blanco preferido de los rateros de tarjetas de crédito

La clonación de tarjetas y el robo, se ubican entre las quejas más comunes que atiende la oficina de enlace de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) y son las personas adultas mayores, el “blanco” perfecto de los delincuentes.

La titular de la oficina de enlace, con sede en Tulancingo, Guadalupe García Rosales, informó que en lo que va del año han atendido un promedio de 400 casos, en los que la población senil, es la más afectada porque ha tenido cargos no reconocidos por compras de 30 mil y hasta 70 mil pesos.

García Rosales explicó que el “modus operandi” de las personas que realizan este tipo de robo, es cuando un adulto mayor acude al cajero a retirar su dinero, alguien le indica que dejó abierta su sesión, al regresar, le recomiendan que tiene que limpiar su plástico bancario y es cuando los sujetos se aprovechan para cambiar la tarjeta y conocer el NIP del usuario, para después hacer uso indebido del plástico.

García Rosales, confirmó que en estos casos sí procede la queja, ya que cuando se da cuenta el usuario acude al banco a realizar el procedimiento correspondiente.

“Lo recomendable, es acudir inmediatamente al banco y reportar lo sucedido, generalmente el 100 por ciento de los casos se resuelven a favor del usuario, pues se considera un robo”.

La funcionaria, recomendó a los usuarios de tarjetas bancarias desconfiar de cualquier producto o servicio financiero, que se ofrece a través de llamadas telefónicas o mensajes de texto y de preferencia, acudir directamente al banco.

“Si al usuario le están ofreciendo algo o si le llega un mensaje de texto autorizando una  compra de algún lugar y le da todos sus datos, ya le robaron el dinero” comentó

En caso de que el usuario de cualquier servicio financiero tenga dudas al recibir llamadas de bancos, debe colgar y acudir a su sucursal bancaria o bien, acudir a CONDUSEF para realizar la queja correspondiente en caso de ya haber caído en un fraude o robo.